LA AMBIGÜEDAD DE LA LOCURA - ENSAYO: FILOSOFÍA DE LA LOCURA

Desde que ingresé al instituto pensaba que entraba a una cárcel, a un loquero intelectual donde se cruzan los destellos de la utopía de la educación. No ha sido corta mi experiencia como para ser novato, pero llamarse veterano es atribuirse más batallitas de las que, en realidad, has estado. A lo largo de tu vida académica te encuentras con auténticos personajes, tan descabellados como esa obscena serie americana de cabezudos; eso me produce temor.

Los años pasan para atrás y cada vez creo más que el tiempo, al ser relativo, se moldea como plastilina cuando nos encerramos en la prisión.

Como dije, la experiencia me brinda un conocimiento que me sirve de base para comprender el hastío del resto, desde que entré pensaba que las clases serían un juego, uno de esos de pistas, un escape room complejo de larga duración.

Un día, tuve clase con El Protagonista, nunca sabía por qué le habían puesto ese nombre hasta que, por primera vez, tuve contacto con él. Nunca hubo un hombre que despertara tanto mi curiosidad por aprender. Tenía una manera de ver la vida muy peculiar, puede que algo pesimista; pero siempre me dejaba una pincelada de su conocimiento en sus palabras que se esfumaban a ratos en mi memoria.

Nadie lo valora, lo ven como un lunático, un loco; hasta él mismo se lo tiene creído. No obstante, la definición de locura no representa lo mismo. Al menos no para mí.

Locura:

f. Privación del juicio o del uso de la razón.

f. Acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa.

La Real Academia Española, en su diccionario, dispone términos como los anteriormente mencionados. Sin embargo, la ambigüedad sigue estando vigente en esa terminología, no me convence.

El juicio es una condición humana que, desde la existencia de nuestra especie, ha estado presente en nuestro modo de pensar; no obstante, nunca ha sido aún esclarecida la duda. ¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? ¿Cómo somos capaces de distinguirlos? ¿Acaso existen ambos conceptos?

A lo largo de la historia, varios filósofos como Immanuel Kant o Platón han determinado y brindado conceptos del bien y del mal, pero un filósofo siempre puede ser rebatido y, al mismo tiempo, no está exento de sus propios pensamientos, no es un dios. Ello deja estos conceptos indeterminados en el aire, sin resolverse, al juicio propio. Además, siguiendo con la primera definición, "o del uso de la razón", la razón es el factor que establece la diferencia entre el ser humano y los animales y objetos inertes. Si estamos locos, ¿dejamos de ser humanos?

Cada uno define la locura a su manera, haciendo del castellano un laberinto para conocer la mente de los fugados, es decir, nosotros. La ambigüedad de la locura ha promovido su normalización inconsciente; todos estaríamos en un manicomio durante el siglo pasado durante la posguerra española, o al menos así lo estudié y lo opino. Ahora los "antiguos locos" son "normales" y viceversa. ¿O no?

Aún hay casos, situaciones y pensamientos que nos parecen una locura, eso nos lleva a la segunda definición. ¿Qué es el "carácter anómalo"? ¿es igual que el mal? Poco a poco, desde mi experiencia, hay situaciones que a lo largo de la historia han sido normales que, habiendo sido rechazadas por la comunidad actual, están volviendo fuertemente y, extrañamente, no me sorprenden en absoluto.

Sin embargo, el factor "sorpresa" se halla en la cuestión. ¿Por qué nos sorprendemos de algo anómalo que hace una persona? ¿Acaso está loca? "Es imposible que sea como yo", pensamos inconscientemente.

Nos sorprendemos de la locura como si no la padeciésemos, como si estuviéramos exentos en una dimensión paralela donde somos dioses perfectos. Nos autoconvencemos para evadirnos. Somos hipócritas que, viviendo en un mundo de gente honrada, estamos siendo pisados y machacados; oprimidos, como lo es un "loco" en un manicomio.

Puede que la alarma de las 14:45 siempre arruinara el mejor momento de los miércoles, filosofar a la altura de El Protagonista. Puede que nunca llegue a su nivel porque carezco de la experiencia de un adulto tan formado como él. O puede que su labia no venga solo del conocimiento.

Esta fugada sociedad solo busca huir, evadirse, escabullirse en las redes sociales, y de ello no me excluyo, buscando un refugio en los likes que estimulan nuestro cerebro y nos corrompen más para hacernos seguidores de lo que quieren las verdaderas altas esferas de la sociedad, que el pueblo sea tonto. Ya se planteó muy bien en la Antigua Roma, pan et circus.

La locura es el precio de abrir los ojos




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