NUNCA ENAMORES A UN ARTISTA
Nunca enamores a un artista de cuyas epístolas serás la destinataria.
Nunca enamores a una artista de cuyos escritos serás protagonista. Nunca enamores a un artista que retratará tu belleza en letras de corazón puro o en prosas y poesías dedicadas a tí.
Aquello, pues, no es una advertencia para nunca enamorar a un artista, sino todo el repertorio de ventajas que tiene enamorar a uno. Sin embargo, siempre se va escapar la virtud clave de todo lo anterior.
Nunca enamores a un artista, pues su amor por ti no sé fijará en lo físico y carnal, sino en cada una de tus simbólicas facetas que te ensalzan como persona, cada diminuto recoveco dentro de todo lo que abarca tu hermosa idiosincrasia.
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