DONDE NADIE MIRA - ENSAYO: FILOSOFÍA DE LA LOCURA
No es fácil transitar por las redes sociales hoy en día. La desinformación impera, y tanto los medios de comunicación como los partidos políticos han empezado a utilizar estos espacios como instrumentos para alcanzar una mayor audiencia. Sin embargo, existen dos factores que alteran negativamente la recepción de la información. Por un lado, el formato en redes como Tiktok o Instagram reduce las noticias a titulares llamativos, transformándolas en contenido superficial, ya los usuarios no se detienen a leer el resto. Por otro, el algoritmo se adapta a tus preferencias y, por tanto, a tu ideología, impidiendo que accedas a perspectivas distintas.
Esta ambigüedad informativa alimenta un racismo silencioso. De hecho, si observamos noticias sobre robos, asesinatos, u otros actos delictivos, nos encontraremos usuarios que adoptan posturas firmes sin argumentos, que señalan a los inmigrantes, gitanos o extranjeros como culpables.
Esta actitud ignorante no surge de la nada. El racismo, generalmente, se enraíza en valores heredados como la patria, el orden, la tradición o la etnia. Son ideas que, al no ser revisadas en el contexto actual, se fosilizan y se convierten en prejuicios. Friedrich Nietzsche abordó esta cuestión y propuso romper con esos valores heredados, ya que venían del resentimiento y la decadencia, para crear otros nuevos nacidos de la afirmación vital. Adaptado a nuestro tiempo, este pensamiento invita a forjar unos valores sustentados en el pensamiento crítico, la convivencia y la empatía.
A esto se le suma el antiperspectivismo. Estos valores podridos persisten no solo por inercia, sino porque constituyen una perspectiva prefabricada, sin origen claro y vacía de pensamiento propio. Es lo que podríamos llamar una "verdad de entorno", una verdad que muchos aceptan sin cuestionar, simplemente porque viene incluida en el paquete de lo normal.
Por eso, los jóvenes debemos crear nuestros propios valores y pensar desde nosotros mismos, no desde la masa. El camino de la juventud no es reproducir la tradición, sino transformarla desde una mirada crítica, construyéndonos como individuos. No quiero crecer en una sociedad que mantiene este asunto en la penumbra de la cueva de la ignorancia. Debemos rebelarnos y practicar la tolerancia no como cortesía, sino como una forma de justicia. Porque lo que más me inquieta no es la masa que grita, sino la que permanece en silencio y se esconde donde nadie mira, pues el silencio es la mejor coartada del prejuicio.
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Donde nadie mira, el prejuicio acecha |
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